Los principales gases de efecto invernadero son el vapor de agua, consecuencia de la evaporización; dióxido de carbono (CO2), debido al uso de combustibles fósiles para procesos industriales y medios de transporte; metano (CH4), que se crea a causa de la descomposición de la materia orgánica que procede de vertederos, ganado bovino, el sector ganadero en general.
También están el óxido nitroso (N2O), que se produce principalmente a través del uso masivo de fertilizantes nitrogenados en la agricultura intensiva, así como las centrales térmicas, tubos de escape de automóviles y motores de aviones, quema de biomasa y fabricación de nailon y ácido nítrico; los clorofluorocarbonos (CFC), compuestos químicos artificiales que tienen múltiples usos industriales en sistemas de refrigeración, como componentes de aerosoles, producción de aluminio y aislantes eléctricos; y el ozono troposférico, que se origina por la quema de fuentes de energía contaminantes.
“Durante la última década, las emisiones de GEI aumentaron a un ritmo del 1,5% anual y solo se mantuvieron estables brevemente entre 2014 y 2016”, señala el Informe sobre la disparidad en las emisiones de 2019 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
En 2018, según resalta ese texto, las emisiones de CO2 de los combustibles fósiles destinados al consumo de energía y a los procesos industriales, que constituyen la mayor parte de las emisiones totales de GEI, aumentaron en un 2%.
Esto, pese a que tres años antes se había firmado el Acuerdo de París para combatir el cambio climático, en la Conferencia 21 de las Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que establecía, entre otras cosas, medidas para la reducción de las emisiones de GEI.
Los principales gases de efecto invernadero son: el vapor del agua, dióxido de carbono, metano, óxido nitroso, los clorofluorocarbonos (CFC) y el ozono troposférico.
“Los miembros del G20 generan el 75 % de las emisiones de GEI a escala mundial”, dice el informe de la ONU. Ese grupo está conformado por Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, México, República de Corea, Rusia, Arabia Saudita, Sudáfrica, Turquía, Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea (UE).
En orden, China, Estados Unidos, la UE, India, Rusia y Japón son los seis más contaminantes.
Al año 2018, China había emitido 10.065 megatoneladas de CO2, Estados Unidos 5.416, India 2.654, Rusia 1.711 y Japón 1.162.
Sin embargo, si el cálculo se hace tomando en cuenta las toneladas de CO2 per cápita, el orden cambia: Estados Unidos, Rusia, Japón, China, la UE e India.
La meta de reducción, al menos para Estados Unidos, se ha visto empañada por la decisión del presidente Donald Trump de retirarse del Acuerdo de París. En noviembre de 2019, este país inició el proceso formal para salir de este compromiso.
“Estados Unidos comenzó hoy (4 de noviembre de 2019) el proceso para retirarse del Acuerdo de París. Según los términos del acuerdo, Estados Unidos presentó una notificación formal de su retiro a las Naciones Unidas. El retiro entrará en efecto un año después de la entrega de la notificación”, señaló en un comunicado el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo.
El funcionario defendió que “el presidente Trump tomó la decisión de retirarse del Acuerdo de París debido a la carga económica injusta impuesta a los trabajadores, las empresas y los contribuyentes estadounidenses por las promesas de Estados Unidos hechas en virtud del acuerdo”.
En América Latina, los países más contaminantes, que va de la mano con su mayor población, son Brasil y México.
Hasta 2018, México registra 477 megatoneladas de CO2, mientras que Brasil habría emitido 457; seguido de Argentina con 196, Venezuela 139 y Colombia 97.