“Es un reconocimiento al esfuerzo de toda la compañía, de todas sus divisiones”, dice, en entrevista con ELEMENTS, Mariela Gómez, Directora de Responsabilidad Social Empresarial de Moderna Alimentos. La ejecutiva añade que este galardón, además, los compromete a incorporar la sostenibilidad en todos los ejes de la empresa.
Esa sostenibilidad se practica en la firma ecuatoriana, que tiene más de 110 de años de existencia. Al respecto, Gómez explica que para hacer ese modelo sostenible “la clave es integrar tres fuentes”, que son:
incluye los proyectos a largo plazo que tiene la compañía, su misión, su visión, sus valores.
“Nosotros cada tres años hacemos un estudio de materialidad, consultamos a todos nuestros stakeholders cuáles son aquellos temas de interés que, en convergencia con Moderna, deben ser gestionados”, dice Gómez.
“Toda empresa que quiera hacer sostenibilidad o responsabilidad social tiene que mirar a los ODS”, explica.
“Con esas tres grandes fuentes de información armamos un modelo, al que llamamos modelo de tres ‘P’: personas, producto y planeta […] no pueden estar desintegrados”, resalta Gómez.
La ejecutiva de Modera Alimentos señala, además, que la clave para que no sea solo responsabilidad social, sino sostenibilidad, es precisamente que esas fuentes estén en la estrategia corporativa del negocio.
“Lo que hacemos con estos asuntos materiales es gestionarlos desde cada área y negocio, para que todos sean corresponsables de ejecutarlos con una visión sostenible”.
Menciona que cuando se implementa un proyecto, debe superar tres evaluaciones: el impacto ambiental, la rentabilidad y el impacto social.
Gómez indica que Moderna Alimentos está suscrita a los 10 Principios del Pacto Mundial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que tienen que ver con el respeto a buenas prácticas medioambientales, laborales y de anticorrupción.
Con esa visión, tienen programas y prácticas, tanto internas como externas, alineados a los ODS.
Principalmente trabajan los ODS 5, 8 y 12, relacionados con igualdad de género, trabajo decente y crecimiento económico, y producción y consumo responsables, respectivamente.
Con base en ello, tienen diferentes programas, como Emprende. “Consiste en ayudar a los pequeños productores a incorporarse en nuestra cadena de valor, un ejemplo es un emprendimiento de un grupo de señoras que nos proveen las fundas de tela para uno de nuestros productos de la línea industrial; además hemos apoyado otros dos emprendimientos de servicios de construcción y limpieza”, y algunos más.
También tienen el programa Cultiva, que fomenta el desarrollo del trigo ecuatoriano y que este año cumple 10 años. Este programa beneficia a 572 familias de agricultores de trigo, a quienes se brinda asesoría y acompañamiento desde la inspección de terrenos, siembra, cultivo, cosecha y compra garantizada.
Gracias al Programa Cultiva, la empresa ha realizado, en promedio durante estos 10 años, la compra de cerca del 60% de producción total de trigo nacional, lo que representa más de $9 millones de dólares. Además cuentan con el apoyo de entidades de gobierno como el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIAP) y el Ministerio de Agricultura (MAG).
“Una de las claves para que todos estos emprendimientos de apoyo surjan es precisamente ser empresa ancla […] cualquier emprendimiento se cae si no hay a quien venderlo, entonces nosotros aseguramos esas compras”, señala Gómez, quien precisa que cuando este programa comenzó en 2010 compraron 38 toneladas de trigo y actualmente hay un promedio de compra sobre las 3.000 toneladas a nivel nacional.
También trabajan el ODS 4, relacionado a la educación de calidad. En ese sentido, construyeron el Centro Comunitario Ñukata Kuyay en Cajabamba, Chimborazo, en el que apoyan a un promedio de 120 niños, con el ánimo de fortalecer sus conocimientos desde un aprendizaje mucho más lúdico, más amigable. “Hacemos que los chicos tengan un proyecto de vida”, indica Gómez.