Los ecosistemas que inspiraron la famosa teoría de la evolución por selección natural de Charles Darwin, a diario enfrentan graves amenazas provocadas por la pesca ilegal, el crecimiento de la población, el cambio climático, el aumento del turismo y la introducción de especies invasoras. Para enfrentar estos problemas, en 1959 se creó el Parque Nacional Galápagos (PNG) bajo el decreto ejecutivo N-17 y se eligió el 4 de julio para conmemorar el primer centenario de la publicación del libro ‘El origen de las especies’ de Darwin.
Desde ese momento, se convirtió en el primer Parque Nacional del Ecuador y ha obtenido varios logros como la declaratoria de Patrimonio Natural de la Humanidad, de Reserva de la Biosfera, el establecimiento de la Reserva Marina y del Santuario de Ballenas. Su labor contempla un exhaustivo control de especies introducidas, el monitoreo y manejo de especies nativas y endémicas, programas de reproducción en cautiverio de especies amenazadas, el manejo de pesquerías, el control y vigilancia marina, programas de educación ambiental, procedimientos de licenciamiento ambiental, entre otros.
El área que comprende el Parque Nacional Galápagos está conformada por 330 islas, islotes y rocas que cubren una superficie aproximada de 7.970 kilómetros cuadrados en su parte terrestre y 54.156 Km² en el Océano Pacífico sudamericano. La flora y fauna nativa son únicas en el mundo con más de 45 especies de aves endémicas, 42 reptiles, 15 mamíferos y 79 peces, que conviven armónicamente con el ser humano. Las islas también cuentan con una rica variedad de flora endémica, que alcanzan las 500 especies entre plantas vasculares, briofitas y algas.
Conserva el 95% de su biodiversidad original y es por esto que en junio de 2019 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) aceptó la ampliación a 14,6 millones de hectáreas del área de la Reserva de Biósfera de Galápagos.
Elsy Rivadeneira, guardaparque de Galápagos, señaló que “el éxito de tener a las islas como uno de los archipiélagos mejor conservados del mundo es un logro compartido con nuestros aliados estratégicos, pero sobre todo con una sociedad que ha entendido nuestro accionar”.
La belleza natural de las islas, la diversidad y singularidad de especies que alberga, su origen volcánico, su dinámica geológica con permanentes cambios y variedad de formaciones; el ser considerado un laboratorio vivo de procesos evolutivos aún en marcha, sumado a que dio cabida para el desarrollo de un gran número de especies tanto animales como vegetales que no existen en ningún otro lugar del mundo, convierten a Galápagos en un sitio muy singular y de importancia mundial para la herencia común de la humanidad. Gracias a la creación del Parque Nacional Galápagos, que gestiona diversas acciones de conservación, este paraíso se conserva mejor ahora que cuando Darwin caminó por sus costas.
La evolución demográfica y socioeconómica de las islas habitadas de Galápagos empezó a incrementarse considerablemente a partir de 1970. Esta tendencia produjo un crecimiento de la población que pasó de 4 000 habitantes al principio de los años setenta, a más de 18 000 al final de los años noventa, hasta llegar a más de 25 000 habitantes en el año 2010.
Por esto, en 1974 se definieron los límites del PNG que puso a su resguardo al 97% del territorio terrestre y permitió que solo el 3% de la zona sea colonizada mayoritariamente por habitantes del Ecuador continental en las cuatro islas habitadas: San Cristóbal, Santa Cruz, Isabela y Floreana.
Este crecimiento tuvo que ver con el desarrollo y posicionamiento del archipiélago como destino turístico mundial, después de ser declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO en el año 1978. Una año después, apenas un poco más de 11 000 turistas visitaron las Galápagos, mientras que, en 2015, esta cifra llegó a 224 745 personas. Con el aumento del turismo, se estableció una nueva dinámica económica convirtiéndose en el motor de desarrollo socioeconómico local, generó el ingreso más alto a nivel nacional e impulsó, al mismo tiempo, una creciente demanda de productos y servicios.
Para mejorar el manejo de las áreas protegidas, la Dirección del Parque Nacional Galápagos implantó una zonificación para el ordenamiento territorial. Este proceso dinámico y adaptativo es una eficaz herramienta de planificación y de manejo, de modo que divide al parque nacional en función de su conservación y de su capacidad de sustentar ciertas actividades humanas.
De esta manera las 330 islas, islotes y rocas se las ha dividido en:
- Zona de Protección Absoluta: se refiere a áreas prístinas o casi prístinas, libres de impactos conocidos de origen humano.
- Zona de Conservación y Restauración de Ecosistemas: son áreas que manifiestan cierto grado de alteración con presencia o no de organismos introducidos o impactos humanos.
- Zona de Reducción de Impactos: constituyen las áreas periféricas del parque nacional con un importante grado de alteración, situadas en las zonas adyacentes a las áreas urbanas o agropecuarias.
Aunque las islas conservan mayoritariamente sus características originarias, la presencia de organismos introducidos en la mayoría de las islas de Galápagos es un factor que desde hace varias décadas ha generado el deterioro continuo de la flora y fauna nativa debido a su gran adaptación al medio insular y a la habilidad para competir, desplazar y depredar a las especies animales y vegetales isleñas. Este es el caso de las ratas, cerdos, cabras, gatos y perros que han generado impactos negativos y alteraciones en los ecosistemas de las islas poniendo en peligro la supervivencia de las especies nativas.
La presencia de las especies exógenas en los ecosistemas de las islas es más representativa en aquellas que se encuentran habitadas, por la introducción de plantas, animales y organismos a través del transporte marítimo y aéreo de personas y carga desde varias ciudades del continente, como Guayaquil, Quito, Manta y porque las áreas de producción agrícola y pecuaria de las zonas rurales influyen y colindan con las zonas pobladas urbanas y con el área del Parque Nacional.
Para eliminar y controlar las poblaciones de especies introducidas que han puesto en peligro la diversidad biológica nativa, el Servicio del Parque Nacional ejecuta varios programas de cacería y control. Desde el año 1984 las tareas de control se han enfocado a reducir y eliminar ratas y gatos en las áreas altas de algunas de las islas pobladas con el interés de proteger las colonias del petrel pata pegada, y eliminar los cerdos de la isla Santiago. El más reciente programa de control y erradicación de especies introducidas es el proyecto Isabela, el cual fue iniciado en el año 2000 y tiene por finalidad erradicar las cabras del sector del volcán Alcedo. Pero sistemática y periódicamente el personal del Servicio Parque Nacional Galápagos realiza actividades de control y cacería en las islas habitadas para eliminar las especies salvajes de cabras, burros, ratas, cerdos, así como actividades de control de flora invasora como la mora, la guayaba, la supirrosa en varias islas.
Para eliminar y controlar las poblaciones de especies introducidas que han puesto en peligro la diversidad biológica nativa, el Servicio del Parque Nacional ejecuta varios programas de cacería y control. Desde el año 1984 las tareas de control se han enfocado a reducir y eliminar ratas y gatos en las áreas altas de algunas de las islas pobladas con el interés de proteger las colonias del petrel pata pegada, y eliminar los cerdos de la isla Santiago. El más reciente programa de control y erradicación de especies introducidas es el proyecto Isabela, el cual fue iniciado en el año 2000 y tiene por finalidad erradicar las cabras del sector del volcán Alcedo. Pero sistemática y periódicamente el personal del Servicio Parque Nacional Galápagos realiza actividades de control y cacería en las islas habitadas para eliminar las especies salvajes de cabras, burros, ratas, cerdos, así como actividades de control de flora invasora como la mora, la guayaba, la supirrosa en varias islas.
Para evitar nuevas introducciones de organismos exógenos perjudiciales para la ecología de las islas, desde 1994 se está realizando un trabajo de coordinación interinstitucional, en el que intervienen la Subsecretaría de Agricultura del Litoral y Región Sur, la Dirección Provincial Agropecuaria de Galápagos, la Fundación Charles Darwin y el Servicio del Parque Nacional, a través de la aplicación del “Reglamento Especial de Sanidad y Cuarentena Agropecuaria para las islas Galápagos”. Basados en este programa de control se emprendió una campaña activa de Educación Ambiental, para educar a los pobladores y controlar el flujo de especies peligrosas para la ecología de las islas. El Reglamento incluye normas que consideran el manejo de vacunas, pesticidas y otro tipo de compuestos químicos y biológicos transportados desde el continente y se realizan controles de inspección y cuarentena en los puertos y aeropuertos de embarque y arribo en el continente y en las islas.
La pesca en Galápagos es una de las actividades culturales y económicas más antiguas e importantes. Se captura más de 60 especies marinas; entre las más importantes están la langosta espinosa, el bacalao, la albacora, o atún de aleta amarilla, y el pepino de mar. Esta actividad se realiza con métodos artesanales como el buceo, el troleo, el empate de mano, la caña y el empate oceánico. Los pescadores están organizados en cuatro cooperativas establecidas en las islas pobladas. La pesca da empleo a más de 400 personas en el archipiélago y arroja un ingreso bruto de más de tres millones de dólares al año.
El manejo de los recursos pesqueros es un reto para la conservación y el desarrollo sostenible en Galápagos. En base de las medidas de manejo existentes que promueven la pesca responsable, por ejemplo, se logró recuperar especies importantes para el ecosistema, como el pepino de mar, y tener poblaciones saludables de especies de peces, como el bacalao y el camotillo.