Además de ese liderazgo que tiene en el país, es una compañía que se caracteriza por aportar al medioambiente, tanto con sus procesos de producción como con sus productos en sí.
En la firma, los procesos “tratan de ser cada vez más limpios, más eficientes y más productivos”, dijo, en entrevista con ELEMENTS, José Javier Espinosa, gerente de Marketing de FV Área Andina.
En el tema de producción, Espinosa cuenta que hace ocho años, FV hizo una inversión de cerca de 1,1 millones de dólares en una planta de tratamiento de efluentes para todo el proceso productivo de grifería, de galvanoplastia, en el que se usa una cantidad importante de agua.
“Se contrató la última tecnología en purificación de agua y pusimos en funcionamiento una planta de tratamiento de efluentes de primera calidad, que nos permite devolver el agua ya una vez tratada, con todos los parámetros normales, para no tener un impacto negativo en el medioambiente y que los procesos productivos no sean dañinos con el suelo o con el agua en nuestra comunidad”, dijo el gerente.
Aunado a ello, se adquirió nueva maquinaria, que reemplaza, de cierta manera, los procesos de fundición para la fabricación de la grifería —puesto que para esta producción es necesario un mecanismo de calentamiento para diluir el metal, que genera emanación de gases al medioambiente—.
Con los nuevos equipos, se sustituyó ese proceso por “termoformación”. Esta maquinaria, de última tecnología, “lo que hace es tomar una varilla y doblarla o calentarla a tal nivel que después, simplemente, con punzones se va dando la forma a los diferentes productos”, cuenta Espinosa y añade que, además, solo emana aire caliente.
“Tenemos filtros de grafito que ya no permiten que se genere ningún tipo de emanación de CO2 o de gases de invernadero, que puedan generar problemas al medioambiente”, agregó. También se han reemplazado hornos que utilizan gas y diésel para su funcionamiento, por unos con tecnologías más eficientes, menos contaminantes y amigables con el medioambiente; tomando en cuenta, además, que sean más productivos y que generen menor cantidad de merma en el proceso de producción.
“Manejamos un programa de desechos y de procesamiento de desechos peligrosos, donde nos aseguramos que todo producto que pueda llegar a ser contaminante, sea procesado por un gestor ambiental y como corresponde, para no generar impacto negativo, así que toda esa parte está, de alguna u otra forma, controlada”, enfatizó Espinosa.
Aunque tienen toda esta mejora en el proceso de fabricación, que da cuenta de una compañía con procesos de producción limpios y una empresa ordenada y segura, Espinosa resalta que el mayor aporte de FV al tema del impacto medioambiental está en los productos en sí mismos.
“Todos los productos FV, son aparatos que funcionan con agua, el recurso más valioso del mundo y nosotros, con el pasar de los años, hemos invertido y desarrollado tecnología para buscar que nuestra grifería y nuestros sanitarios sean lo más eficientes posible”, señaló.
Explicó, por ejemplo, que hace 10 años, el consumo de un sanitario tradicional era de 14 litros por descarga; hoy, en FV hacen inodoros que consumen solo 4,2 a 6 litros de agua por descarga. “Es decir, un ahorro del 60%, en ciertos casos del 80%, para hacer una descarga, generando el mismo beneficio, generando exactamente la misma función, pero con la mitad del agua que se consume […] No es poca cosa, considerando que el agua es un recurso limitado y escaso”.
En la grifería sucede algo similar. Han logrado colocar “restrictores y ahorradores de agua, para disminuir la cantidad de litros por minuto que consume un grifo abierto, generando que el usuario pueda lavarse las manos con exactamente las mismas prestaciones, es decir, no escatimando el volumen de agua, que tenga un nivel de cobertura agradable para poder realizar cualquier tarea de higiene o de limpieza en la cocina, etc., pero con menor cantidad de agua por minuto consumido”.
“Si uno empieza a evaluar, de una u otra forma, cuantos litros de agua se ahorran por día, gracias a este tipo de desarrollos, sería una cifra exorbitante”, comenta Espinosa.
Esto, además de disminuir la cantidad de agua que se gasta, que es positivo para el medioambiente, también genera un beneficio extra al consumidor, puesto que contribuye a que se reduzca el gasto mensual que hace por este servicio.
FV actualmente cuenta con 1.150 trabajadores en el país y en 2016 hicieron una inversión de 21 millones de dólares en un proyecto que incluyó la reducción de la importación de insumos, partes y piezas; es decir, una sustitución de lo que adquirían en el exterior por componentes nacionales, necesarios para la fabricación de los productos.
De acuerdo con Espinosa, tras investigaciones, encontraron en Ecuador “materia prima de los estándares y de la calidad” que requerían para sus productos. Este proyecto de inclusión de insumos ecuatorianos permite que, además de los otros aportes, FV contribuya a darle “un mayor dinamismo” a la economía local.