El pasado 22 de agosto nos terminamos los recursos que el planeta puede regenerar cada año. Es decir, que estamos viviendo endeudados con las futuras generaciones y que comprometimos los recursos necesarios para que puedan gozar de derechos constitucionales imprescindibles como son el ambiente, la alimentación y la salud.
De acuerdo con la Global Foodprint Network (GFN) se requeriría lo equivalente a 1.6 planetas Tierra respecto a recursos naturales y servicios ecosistémicos para abastecer las necesidades, reales o inventadas, de la población humana actual, dados los altos niveles de consumo que tenemos (ropa, calzado, alimentos, aparatos electrónicos, combustibles fósiles, minerales, etc.).
Esta situación pone de manifiesto cómo el modelo actual de producción y consumo, basado en el uso intensivo de recursos naturales para satisfacer masivamente las demandas de la gente, está afectando los procesos naturales del planeta, impidiéndoles que se regeneren. Nuestro afán por crecer ilimitadamente nos está llevando al colapso.
Cada año el Día del Sobregiro de la Tierra llega más pronto, por ejemplo en 2006 llegaba en octubre, mientras que en 2019 llegó el 29 de julio y ahora llega en agosto. Si bien la fecha está llegando tres semanas después con respecto al año pasado, esto no es alentador, dado que se debe al impacto de la crisis sanitaria en todo el mundo.
Si no cambiamos nuestra manera de extraer recursos naturales, si no cambiamos el rumbo de nuestro consumo y le damos un giro de 180º al timón, este día llegará todavía más pronto en los próximos años.
El precio de este déficit ecológico es perjudicial para la Tierra porque aumenta la deforestación global, pérdida de biodiversidad, agotamiento de las pesquerías, escasez de agua, erosión del suelo, contaminación del aire y recrudecimiento del impacto del cambio climático.
Sin embargo, para la GFN, si bien nuestro planeta es finito, las posibilidades humanas no lo son. El pasado no determina necesariamente nuestro futuro. Nuestras elecciones actuales lo hacen. “Mediante decisiones sabias y con visión de futuro, podemos revertir las tendencias de consumo de recursos naturales al tiempo que mejoramos la calidad de vida de todas las personas”, explican en su portal web.
Sin embargo, para la GFN, si bien nuestro planeta es finito, las posibilidades humanas no lo son. El pasado no determina necesariamente nuestro futuro. Nuestras elecciones actuales lo hacen. “Mediante decisiones sabias y con visión de futuro, podemos revertir las tendencias de consumo de recursos naturales al tiempo que mejoramos la calidad de vida de todas las personas”, explican en su portal web.
Por eso, es urgente reflexionar sobre nuestros niveles de consumo a nivel individual y como sociedades ¿Realmente necesitamos ese nuevo par de zapatos? ¿Realmente necesito usar mi auto personal para ir a un sitio cercano que fácilmente podría alcanzar caminando o en bicicleta? Esto implica que ajustemos nuestros estilos de vida, optando por consumir menos y mejor, lo cual a su vez contribuirá a disminuir el sobreconsumo de recursos naturales que se traducen en ropa, calzado, electrónicos e incluso alimentos como la carne que tienen costos ambientales altos.
Debemos optar por un consumo consciente, más informado, más crítico que permita reducir nuestra huella de carbono, así como una nueva normalidad que sea verde y justa para todas y todos, incluido nuestro planeta.