Es necesario adoptar medidas inmediatas para mejorar el acceso al agua, al saneamiento y a los servicios de higiene para evitar la infección y contener la propagación del covid-19.
El agua es esencial no solo para la salud, sino también para la reducción de la pobreza, la seguridad alimentaria, la paz y los derechos humanos, los ecosistemas y la enseñanza; no obstante, los países se enfrentan a desafíos cada vez más grandes, vinculados a la escasez y contaminación de este vital líquido, los ecosistemas degradados relacionados con este recurso y la cooperación en las cuencas de agua transfronterizas.
Además, la falta de financiamiento y la debilidad de los sistemas gubernamentales impiden a muchos países lograr los avances necesarios. Salvo que las actuales tasas de progreso aumenten sustancialmente, no se podrán cumplir las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 (ODS 6), relacionado con “garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos”, para el año 2030.
Por otra parte, los océanos son el soporte vital de nuestro planeta y regulan el sistema climático mundial. Constituyen el ecosistema más grande del mundo, el hábitat de casi un millón de especies conocidas y contienen un vasto potencial inexplorado para el descubrimiento científico.
Los océanos y la pesca continúan apoyando las necesidades económicas, sociales y ambientales de la población mundial. A pesar de la importancia crítica de la conservación de los océanos, décadas de explotación irresponsable han resultado en un nivel alarmante de degradación.
Los esfuerzos actuales para proteger los principales medios marinos y la pesca artesanal, así como para invertir en la ciencia oceánica, no satisfacen todavía la necesidad urgente de salvaguardar este vasto, aunque frágil, recurso.
La drástica disminución de la actividad humana provocada por la crisis del covid-19, aunque enraizada en la tragedia, brinda una oportunidad para que los océanos se recuperen.
También es una buena coyuntura para trazar un camino de recuperación sostenible, que garantice los medios de vida durante las próximas décadas, en armonía con el medio ambiente natural.